lunes, 20 de septiembre de 2010

Cuento corto

Como el Rey León no podía volar, mandó cortar las alas al águila.

10 comentarios:

Sra de Zafón dijo...

Y el águila, contra su naturaleza, se las dejó cortar sin ni siquiera pelear, pero al poco tiempo imaginó una nuevo cielo donde volar y una nueva tierra donde cazar y comenzó a pintar, a escribir, a componer músicas...y a vivir una vida paralela gracias a las alas más podereosas de la tierra; La imaginación y el ansia de libertad.

Resiliencia :-)

Increíble tu cuento, Juan, sólo con 13 palabras defines un tipo de relación humana terriblemente real y común.

Sigo colgada de tu cuadro de la maceta, me gusta muchísimo.

Un abrazo

JR dijo...

buenisimo Juan, es usted una caja de sorpresas

Kaken dijo...

Si le ha gustado a JR, chapeau :-)
Genial, Juan, cuando quieres, puedes.
Un bes.

Juan dijo...

Un águila de verdad nunca deja de volar. A los cielos no se llega sólo con alas. Pero el león envidioso siempre estará a ras de suelo. Es el precio que hay que pagar por la falta de imaginación.

Gracias Chusa.

Muchas gracias JR y Kaken. Me hace mucha ilusión que os haya gustado.

Sra de Zafón dijo...

Es verdad, un águila, o un ser humano con sueños, nunca dejan de volar.

Otro abrazo más!

Sra de Zafón dijo...

Por cierto los seres envidiosos suelen tener mucha imaginación pero para atrapar a sus presas :-)

Buena tarde!!!

Juan dijo...

Pero es una imaginación que no les sirve para volar ellos, sino para intentar que no lo hagan los demás. No les sirve para ser más felices, sino para intentar hacer infelices a otros.

Otro abrazo

Kaken dijo...

Totalmente de acuerdo con este último comentario tuyo, Juanito.
Un bes.

Lenka dijo...

No lo había visto! Buenísimo, Juan. Contundente y bello. Me lo apropio como "lema ilustrativo" con tu permiso (que mi debilidad confesa son las sentencias con enjundia).

Juan dijo...

Muchas gracias Lenka, tuyo es.