jueves, 23 de junio de 2011

Desapego

El desapego es una forma de vivir nuestras relaciones con los demás y con nosotros mismos. Consiste en no involucrarnos en los problemas de los demás y centrarnos en los nuestros. Supone respetar al otro y no intentar cambiarlo según nuestra forma de ver la realidad.

Ser responsable de uno mismo y no ser responsable de lo que piensen o hagan los demás. No podemos resolver los problemas que no nos corresponde solucionar ni sentirnos culpables ni preocuparnos por ello.

Si los demás se equivocan, sólo ellos pueden rectificar y así se les da la posibilidad de aprender y ser responsables de sí mismos. Si siempre les solucionamos sus problemas, nunca aprenderán el significado de la palabra responsabilidad.

La verdadera libertad se conjuga con la palabra responsabilidad. El que es libre de equivocarse, debe ser responsable de su error.

El apego supone un estado de irritación permanente porque, cuantos más problemas resolvemos a los demás, más dependencia se crea y más posibilidades hay de que surjan nuevos problemas. La dependencia es una fábrica de crear problemas que deben resolver otros.

La relación que más apego condiciona probablemente sea la que se produce entre padres e hijos. Para conseguir una buena educación, es imprescindible el desapego de los padres hacia los hijos.

La pareja es otra de las relaciones que más apego generan. El amor con apego crea una relación crispada, insana y llena de sufrimiento.

El amor con desapego, para mí, es el amor con mayúscula. Crea un vínculo sano donde la paz y la generosidad crean un clima de serenidad en ambos.

Como digo con frecuencia, yo no he buscado una media naranja a la que apegarme para formar una naranja completa. Siempre he buscado una naranja completa con quien compartir nuestras libertades.

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